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Si usamos docker para ejecutar servicios, tanto en entornos de desarrollo, como de pre y producción, uno de los problemas es acceder a ellos de la forma más sencilla posible.

En desarrollo, si lo vinculamos a un puerto fijo, tenemos que estar levantando y tirando contenedores según los vayamos necesitando. Si cada uno va a un puerto distinto, tenemos que ir con cuidado de no repetir ninguno. Si usamos un puerto dinámico, tenemos el incordio de tener que mirarlo cada vez que lo iniciemos. No hay solución que no nos complique la vida de alguna manera.

En producción la cosa no mejora salvo que usemos algún orquestador, lo que a veces no siempre necesitamos. La solución más simple es configurar nginx para ir accediendo a los contenedores. Pero igualmente se nos plantean los mismos escenarios que en desarrollo, a lo que hay que sumar la configuración de los certificados. Todo a mano.

Traefik es un proxy inverso de código abierto que nos resolverá estos y otros problemas. Una vez que lo conozcas te preguntarás como pudiste trabajar sin él.